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Desde la ingeniería hacia las canchas de fútbol: el sueño que nunca estuvo en pausa

Por: Jeyson Carreazo & Snaider Banquéz
Lugar: Cartagena de Indias

El cartagenero Jesús Zarante, un jóven, ingeniero industrial, a sus 21 años tomó una decisión que cambió el rumbo de su vida: renunció a su puesto como project manager en Ecopetrol, una empresa donde tenía estabilidad y un buen salario, para perseguir el sueño que había dejado atrás en su adolescencia: convertirse en futbolista profesional. El Real Cartagena lo invitó a entrenar después de verlo jugar en un partido recreativo, y aunque sabía que dejar su empleo era arriesgado, decidió apostar por su pasión.

El camino no fue fácil. A los 22 años, una lesión lo obligó a detenerse y replantear sus metas. La incertidumbre sobre su futuro en el fútbol fue grande, pero con paciencia y disciplina logró recuperarse. Hoy, a sus 24 años, Jesús ha retomado sus estudios en Ingeniería Industrial y sigue vinculado al deporte, demostrando que es posible encontrar un equilibrio entre lo académico y lo que más ama.
Desde niño, el fútbol ha sido su refugio y su mayor alegría. Aunque entrenó durante tres años en las divisiones menores del Real Cartagena, a los 15 años decidió dejar el deporte por miedo y por buscar estabilidad económica. Sin embargo, la vida le dio una segunda oportunidad, y esta vez la enfrentó con más madurez y el apoyo incondicional de su familia, especialmente de su madre.

A continuación, Jesús comparte su historia, sus motivaciones y las decisiones que lo han llevado hasta aquí:

¿Cómo era tu vida antes de decidirte por el fútbol?
“Trabajaba en administración de proyectos, con un buen puesto y salario en Ecopetrol. Pero sentía que algo me faltaba. El fútbol seguía siendo mi verdadera pasión”.

¿Por qué elegiste estudiar Ingeniería Industrial y no seguir el deporte desde el principio?
“Terminé el colegio muy joven, a los 15 años, y me dio miedo enfrentar el mundo. Dejé mi sueño por inseguridad. Elegí Ingeniería Industrial casi sin pensarlo, pero con el tiempo le tomé cariño. Me dio estabilidad y pude ayudar a mis padres”.

¿Qué significa el fútbol para ti?
“Es mi vida. Después del trabajo, siempre buscaba jugar con mis amigos. Ahí me siento libre, ahí soy yo”.

¿Hay algún lugar especial en Cartagena que te haya acompañado en tus decisiones?
“La bahía de Bocagrande. Es mi refugio. Me gusta ir solo, escuchar el mar y pensar. Ahí tomé la decisión más importante de mi vida”.

¿Cuál fue el sueño que quedó en pausa?
“Ser futbolista profesional. Entrené tres años con el Real Cartagena, pero a los 15 años me dijeron que no podía entrar al equipo. Me rendí porque pensé más en la estabilidad económica”.

¿Qué te motivó a retomar ese sueño años después?
“Mi entrenador siempre confió en mí. Aunque no tenía experiencia en competencias, seguí entrenando con disciplina. En un partido con amigos, el técnico del Real Cartagena, Martín Cardetti, me vio y me invitó a entrenar con el equipo”.

¿Cómo fue dejar Ecopetrol?
“Fue difícil. Tenía estabilidad y un gran sueldo. Pero recordé que mi corazón seguía trabajando por ese sueño. Mi madre me apoyó totalmente; ella siempre ha sido mi fuerza”.

¿Qué sentiste al recibir la convocatoria del Real Cartagena?
“Fue increíble. Al leer ‘está convocado a ser firmado con el equipo Real Cartagena’ no pude contener las lágrimas. Sentí paz y orgullo. Es el inicio de una nueva etapa”.

¿Cómo te afectó la lesión a los 22 años?
“Me frenó por completo. Sentí miedo de no volver a jugar igual. Pero también me enseñó paciencia y disciplina durante la recuperación”.

¿Por qué decidiste retomar tus estudios de Ingeniería Industrial a los 24 años?
“Quería estabilidad y sabía que no podía dejar una carrera a medias. Es un respaldo importante para mi futuro. Puedo estudiar y seguir vinculado al deporte”.

¿Qué mensaje le das a quienes aún tienen un sueño pendiente?
“Que no se rindan. El camino puede detenerse, pero el sueño sigue vivo. No importa la edad ni las circunstancias. Con fe y disciplina, el momento llega”.

La historia de Jesús Zarante es un ejemplo de perseverancia, resiliencia y búsqueda de equilibrio entre los sueños y la realidad. Nos enseña que los sueños pueden transformarse, pausarse y retomarse, pero nunca desaparecen mientras exista la voluntad de perseguirlo.

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